Angela White cambia la percepción sobre el porno

angela-white-porno

Cuando pensamos en porno, y hay gente que dedica mucho tiempo a ese tipo de pensamientos, parece que solo existen para nosotros las escenas más morbosas. Esas en las que dos cuerpos desnudos se funden en un placer intenso, y normalmente, algo sobreactuado. El porno es cine, es ficción, aunque para muchos sea una sublimación de sus propias fantasías sexuales. Está hecho precisamente para eso, para generar en nosotros la chispa y el deseo, aludiendo directamente a nuestra lujuria. De hecho, se considera pornografía todo aquello que trate de estimular el deseo de una persona, sea sexual, gastronómico o incluso intelectual. De ahí que en los últimos años hayan aparecido modas como la del food porn o el book porn, centradas en la comida y los libros. El porno sigue siendo un tabú para una mayoría de la población, que lo considera vulgar. Y aunque en muchas ocasiones lleven razón, hay momentos que cambian esa percepción para siempre.

La oportunidad que nos está dando la industria gracias al salto que ha dado con Internet es que hoy por hoy, el porno se ha expandido hacia todos los gustos. Antes, las películas eran mucho más normativas y había poca diversidad. Se le daba al espectador lo que este esperaba. Chicas ardientes y exuberantes, looks a la moda, y siempre el mismo tipo de escenas donde ellos tomaban el mando frente a la sumisión de las actrices. Pero ahora el porno no llega solo a los interesados de forma natural por el género, sino que cualquiera puede acceder a estas escenas en Internet. Y eso ha agrandado de forma increíble todo lo que hay alrededor de la industria, mostrando muchas más alternativas que antaño. Las tendencias del porno feminista, por ejemplo, están ganando terreno. También las del porno más fetichista, que ha encontrado un buen nicho de mercado. El género se está sofisticando y las actrices comienzan a verse como celebridades más allá de su propia condición de estrella porno. Son  personas reales, tienen sentimientos, emociones, inquietudes, y a veces incluso las expresan en cámara, como Ángela White.

Quién es Angela White

Angela White nació en Sidney, Australia, en 1985. Morena de curvas poderosas y unos preciosos ojos azules, su belleza no pasaba desapercibida, y ya en su juventud entendió que tenía mucho potencial para sacar partido a esa sensualidad que poseía. Apenas unos meses después de cumplir los 18 años, Angela decidió presentarse a diferentes castings como modelo. Fue en 2003 cuando apareció desnuda por primera vez en una revista, para la portada de Score. Aquello la puso en el punto de mira de la industria del porno, que la invitó a grabar algunas escenas. Durante sus primeros años, de hecho, Angela se mantuvo grabando escenas en solitario, de masturbación, o como mucho, junto a otras compañeras.

Su primera escena chico/chica llegó en 2011, y supuso también un nuevo punto de inflexión en su carrera, llevándola a nuevas cotas de popularidad. A mediados de la década pasada, la actriz eclosionó definitivamente para la industria mundial, con muchas escenas para las principales productoras norteamericanas. En 2015 ya recibió nominaciones a los prestigiosos premios AVN, en los que ha estado presente desde entonces. Con la seguridad de haber llegado a la cima tras más de una década de experiencia, White ha sabido aprovechar su oportunidad para convertirse ahora en una de las MILF más deseadas. Y es que no se trata solo de belleza, sino también de carisma, y de eso tiene para dar y regalar.

Una escena que se hizo viral

Toda vez que White comenzó a grabar escenas con parejas masculinas, su fama se multiplicó por mil gracias a esa intensidad que ponía en todo lo que hacía. Llegó a generar incluso mucha amistado con algunos de sus compañeros, como Manuel Ferrara, con quien compartiría sexo en la mítica Angela 3. La escena de la que hablamos forma parte de una “saga” en la que White aparece sola con otro chico, disfrutando de una sesión de sexo intenso, en un plano secuencia que dura normalmente más que una escena típica. Las dos primeras sesiones supusieron un salto de calidad para la actriz, pero fue Angela 3 la que más llamó la atención, convirtiéndose en viral. Y no, no era precisamente por el sexo, sino por lo que vino después…

Angela 3, un plano secuencia de hora y media

Angela 3 se había ideado como un plano secuencia de casi 90 minutos en el que White y Manuel Ferrara tendría uno de tantos encuentros sexuales ante la cámara. Era una idea arriesgada ya que la mayoría de escenas no llegan ni siquiera a la media hora. ¿Serían capaces de mantener toda esa intensidad durante un tiempo tan prolongado? Era un reto solo para auténticos expertos del cine para adulto. Por fortuna, Ferrara y White ya habían compartido muchas escenas previamente, y aquello también supuso una condición indispensable para lo que pasaría en Angela 3. El sexo se llevó a cabo como cabría esperar en dos profesionales del más alto  nivel, intenso y excitante, pero ya se notaba que había algo especial en la escena.

Al terminar la relación, después de que Ferrara eyaculara dentro de la vagina de la actriz, ambos se quedaron juntos, besándose y tocándose, mientras ella llegaba al orgasmo. Lo que ocurrió en ese momento fue inaudito y por suerte quedó registrado. Las cámaras seguían grabando como algunas lágrimas corrían por el rostro de la actriz. Su compañero, al verla así, no dudó en abrazarla con toda la ternura y el cariño del mundo. Desnudos, Ferrara y White se mantuvieron durante más de veinte minutos juntos, susurrándose cosas preciosas al oído, mirándose y tocándose con una complicidad que iba mucho más allá del sexo. Fue un momento tremendamente emocional que hizo que Angela 3 se convirtiera en una escena de culto, porque no era para nada habitual toparse con algo así en el porno.

El porno, mucho más que espectáculo

Cuando la escena vio la luz supuso todo una revolución en el mundo de la pornografía. Las alabanzas a los actores y al director llegaron incluso desde medios tan prestigiosos como el Wall Street Journal o el New York Times. El porno necesitaba una escena así, intensa y sexy, pero también emocional, para demostrar que era mucho más que un show. La manera en la que los dos actores se funden después del sexo en un tierno abrazo, mostrándose vulnerables incluso, conmovió a todos. White llegó a reconocer que había sido la escena más difícil de rodar por las intensas emociones que había sentido. Los usuarios quedaron prendados de la pareja y pidieron más escenas así en una industria que parecía haberse olvidado de los sentimientos. Tal vez por ser algo tan único y especial, Angela 3 se ha convertido en un hito del cine pornográfico. La demostración de que más allá del deseo y el vicio, el porno también puede servir para hacernos más afectivos con nuestras parejas.

Entradas relacionadas